domingo, 5 de julio de 2015

Día 2

Tengo a dos ucranianos viviendo en mi casa. Se levantan al mediodía, hablan un idioma que ni entendemos, y nos cuentan de su recorrido por el mundo- me gustaría preguntarles tantas cosas pero prefiero el silencio. Últimamente lo vengo prefiriendo antes que a muchas cosas. Me gusta que la vida siempre nos lleve a planos inusuales. de repente estamos en la mesa del domingo con toda la familia, un segundo después todos desparramados por todas las partes de la casa, hoy vos aquí, mañana tal vez yo allá. Y ,hasta, tal vez en este momento ambos estemos escuchando la misma canción, ¿qué posibilidades hay de que eso esté pasando? Definitivamente esas casualidades extrañas me gustan.  Por ejemplo como aquella vez que se me apareció un pollito en la puerta de mi casa, y nadie sabía de quien era; o aquella vez que miramos al cielo y vimos aparecer luces que se movían y ambos pensamos que eran ovnis (y al parecer si eran, pero nadie nos creyó).

Ayer vi una peli de una chica que era fanática de Woody Allen, y respondía a las preguntas de su vida citando fragmentos de películas de él. Y hoy viniste a mi casa y lo citaste, justo esa parte donde él explica que no es filosofo.

Vivir es puramente metafísica.
Acaso el fin de la vida es la felicidad?

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