lunes, 20 de junio de 2011

El día de mi desaparición

Llore entre sábanas negras mi desaparición. Dormí doce o trece horas seguidas sin que nadie supiera que estaba ahí, a unos centímetros de sus manos. Me sentí vencida por una simple brisa. Me sentí morir de angustia, aquella sensación que tiempo atrás me causaba gracia ayer fue mi muerte.
Pero se que despertaré. Volveré a respirar. Me limpiare la tierra de aquella caída, me volveré a reír de la brisa. Revolveré mi armario en busca de una nueva armadura. Y me tendrás nuevamente corriendo en este largo camino de la vida, sin siquiera cicatrices.